Hemos tenido estos últimos días muchos y muy ricos los encuentros con personas diferentes alrededor de la mesa. Desde el principio la mesa de la comunidad de las hermanas donde hemos compartido amistad, horario, preguntas… pero sobre todo vida. Pasa lo mismo en casa de Cata, nuestra ‘madre’ para algunos de nosotros estos días. Abierta la puerta, estupendos desayunos, sonrisas que alimentan….
Pero desde hace dos días nos hemos sentado en la mesa con muchos amigos, familias, vecinos, conocidos con los que nos hemos sentado a compartir un bocadillo, una ‘queque’, una infusión… Son amigos que invitan y abren la puerta de su casa para que nuestro viaje sea más fácil, para charlar e interesarse por nosotros… Les gusta ser cercanos, dejar mucha libertad, preparar el mejor de los guisos, obsequiar con el mejor sitio en la mesa, ponerse a servir, aceptar nuestros miedos al picante y decir aquello de ‘no pica mucho’ (como dice Ricardo, ‘cuando dicen eso es que pica, si dicen que pica es que no se puede ni probar’)… Son momentos sencillos, sin mucha pretensión excepto encontrarnos, gozar de estar un rato juntos, hacer la estancia más agradable y hacernos sentir como en casa….
Hermanas de Jesús María, Doris y Carlos, Filomena y familia, Heremanas, Luz y Eulogio Cata, Rosa, Hernan, Marta, Gloria, Nancy y Héctor, Rosita y Carrasco, Samuel y toda su familia, Daniel y su esposa, Rafael…. gracias, mil gracias.